Estamos de acuerdo que en nuestra historia la delincuencia siempre a cohabitado entre nosotros los chilenos, pero esta "revolución judicial" comienza en la década de los 90 con la insistencia en cambiar y "modernizar" nuestro cuerpo legal por un sistema "moderno y garantista", aunque nunca se reparó en que este nuevo sistema fuera más justo, solo se decía que seríamos "iguales ante la ley", asunto que ha quedado en evidencia que nunca fue así.
Algo de historia reciente: la abogada y militante de la Democracia Cristiana, Soledad Alvear, que a comienzos de los 90 ya tenía en mente modificar el Código Penal, ve en el segundo gobierno de la Concertación (Eduardo Frei Ruiz Tagle, 1994-2000), esta vez como ministra de justicia, la posibilidad de provocar este cambio al sistema penal en Chile.